Dos de los proyectos que se presentaron al programa de emprendimiento de la Fundación Repsol fueron premiados el lunes 18 de febrero. Y es que los equipos coruñeses destacaron por sus innovaciones. Un material textil nuevo, más sostenible y un dispositivo de seguridad para usuarios de bicicletas fueron las ideas que presentaron.
La movilidad y el sector textil están en constante cambio y hay mucho margen para la innovación. La propuesta textil que lleva por nombre Fungal Biomaterials o “biotea” la promovieron José Ramón Mosquera, Karlos Martín, Marcos Daporte, Serxia Lage e Inda Alvarado. Estos pertenecen a los centros Fernando Wirtz Suárez y A Sardiñeira. El resultado de su trabajo fue un material textil hecho a base de hongos, similar al cuero.
En cuanto a los materiales, fueron provistos por fuentes industriales y autóctonos del campo gallego. Establecieron contacto con comerciantes textiles para conocer mejor el mercado y recibir asesoría. Finalmente, crearon un material de forma rápida, económica y sostenible. Al programa de la fundación se presentaron con un bolso, una cartera y unos zapatos fabricados con biotea.
Para el proyecto denominado “Bguard” también hubo un premio de emprendimiento. Fue impulsado por Álvaro Martínez-Feijóo, Manuela García, Marcos Puertas y Fernando González, que son de los institutos Fernando Wirtz y Calvo Sotelo. Su creación se trata de un dispositivo de seguridad que se incorpora al asiento de las bicicletas. Es práctico, pequeño y se puede manipular con facilidad.
La función es alertar al usuario de vehículos próximos que puedan suponer un obstáculo. A partir de una distancia de 100 metros emite una señal a la manilla y se encienden unas luces, cuanto más cerca esté el coche, la intermitencia será mayor. Se ideó especialmente para desplazamientos en carretera, pues es donde corren más peligro los ciclistas. Además, tiene incorporada una cámara que graba todo en caso de accidentes.
El programa de emprendimiento de la Fundación Repsol en su segunda edición suscitó el interés de 56 alumnos y 12 profesores. Los once equipos durante cuatro meses desarrollaron sus proyectos asesorados también por voluntarios de Repsol. De esta forma, tenemos ahora nuevas alternativas para la textilería y el mundo ciclista.
