La prórroga del contrato de la gestión del servicio de la escuela infantil Flora Ramos mostró la cara más amarga de la edila de Educación socialista, Raquel Bolaño, que vertió insinuaciones sobre su apoyo a una compañera del ejecutivo y provocó un debate sobre la condición de diputada de una concejala popular.
Isabel Díez
Milagros Lara
La renovación de la prórroga del contrato de gestión del servicio de la escuela infantil Flora Ramos, “Florita”, a propuesta del gobierno en el último pleno, provocó tiranteces y reproches entre los concejales de gobierno y la oposición.
Una cuestión que parecía de trámite como es la prórroga del contrato a la adjudicataria de gestión de la escuela infantil, aprobada por unanimidad, dio pie a una agria disputa entre los concejales. El debate paralelo, fue desencadenado por la concejala de gobierno socialista, Raquel Bolaño, quien no solo cargó contra la concejala del Partido Popular Soraya Salorio, sino que lanzó una clara advertencia a su compañera en el ejecutivo, Isabel Díez, del BNG, concejala de Benestar e Igualdade.“Neste caso” recalcó, “a nosa compañeira do BNG terá todo o noso apoio” dejó caer, lo que dio lugar a varias interpretaciones entre los asistentes al pleno, entre las que no faltaron comentarios sobre las discrepancias y enfrentamientos que hay entre los concejales del gobierno y el aviso a navegantes que encerraba la frase.
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Debate paralelo a la prórroga del contrato
El debate comenzaba con la justificación de la prórroga por la edila de Benestar, Isabel Díez, quien expuso la intención del ejecutivo de que la Xunta de Galicia asuma la competencia de la Flora Ramos y la integre en su red de escuelas infantiles Galiña Azul. Incidió en la competencia autonómica, relatando sus vanos intentos de ser recibida en la xerencia do Consorcio de Igualdade e Benestar de la Xunta para tratar el tema, y añadió que “estamos traballando na modificación do regulamento da escola infantil”, proponiendo a la corporación la prórroga del contrato de servicio de la escuela infantil adjudicado a la empresa Cantalarrana en el año 2006.
La refutación por parte del Partido Popular estuvo a cargo de Soraya Salorio, la cual empezó destacando las contradicciones en el discurso de la concejala del BNG, quien mientras manifestaba que no la recibían aseguraba que el gerente del Consorcio de la Xunta trasladó al ejecutivo local la intención de no incorporar a la red autonómica ninguna escuela durante en este año. La popular continuó reprochando al gobierno no haber avanzado nada en un proceso que aplazan sistemáticamente y reiteró la necesidad de renovar el reglamento de la escuela.
Pero fue Raquel Bolaño, concejala de Educación, Xuventude e Saúde, la que tras señalar que “os cidadáns de Sada están asumindo con cargos propios competencias que lle corresponden á Xunta”, aprovechó su intervención para cargar contra la concejala popular Soraya Salorio, en la que puso el foco por su condición de diputada, lanzándole continuos envites, “o digo porque temos aquí unha parlamentaria do parlamento galego”, “vostede ten responsabilidade dobre e non se lle está notando”, hasta un “comprendo que a concelleira agora está no Parlamento e que lle deba a quen lle deba”, interrumpiendo en varias ocasiones la exposición de Salorio hasta el punto que Bolaño tuvo que ser amonestada por el alcalde. Por su parte Soraya Salorio zanjó con un tajante “el que esté en el parlamento es por los votos de los sadenses. Ni más ni menos, señora Bolaño.”
Raquel Bolaño
