Es la segunda petición de dimisión de Miguel Tenreiro, concejal de Obras y Servicios de Sada, por las infracciones cometidas en el ejercicio de su cargo en el Castro de San Mamede.
Miguel Tenreiro- Foto Concello de Sada
Milagros Lara
La Junta de Personal Funcionario y el Comité de Empresa del Personal Laboral del Ayuntamiento de Sada se reunieron para presentar un escrito conjunto en el que piden la dimisión del concejal de Obras y Servicios, Miguel Tenreiro, por las graves infracciones cometidas en el ejercicio de su cargo. Así mismo, sus asesorías jurídicas están valorando la posibilidad de denunciar los hechos ante la Fiscalía.
Los órganos de representación de los trabajadores, en el escrito firmado por los delegados de los sindicatos de CCOO, UGT y CSIF, exigen la dimisión de Miguel Tenreiro por “las graves infracciones cometidas al ordenar a los operarios municipales la realización de trabajos sin comprobar la legalidad de la actuación municipal en el lugar del Castro de San Mamede”.
Esta nueva petición de dimisión de Tenreiro llega poco después de que el sindicato CSI-F acusase al concejal de Obras de ordenar la obra en el castro “a sabiendas de que no tenía los permisos y autorizaciones necesarios”, que también valoraba la denuncia en Fiscalía.
El Ayuntamiento pudo cometer irregularidades
Junta y Comité consideran que el Ayuntamiento podría haber incurrido en irregularidades al haber ordenado las talas de árboles y maleza en una finca particular que, además, por estar en la ser un castro, es objeto de especial protección por parte de Patrimonio de la Xunta de Galicia y se actuó sobre la zona sin las preceptivas autorizaciones.
En palabras de quienes representan a los trabajadores municipales “la chapuza cometida es de tal calibre que solo cabe exigir su dimisión”.
Los bancos de Carnoedo
Los hechos a los que hacen referencia los sindicatos y por los que se exige la dimisión del concejal de Obras y Servicios Miguel Tenreiro, son el acondicionamiento de la zona de Punta de San Mamede, en la parroquia de Carnoedo y la instalación de dos bancos. Ambas actuaciones si hicieron en la zona protegida del Castro de Amandi sin ningún tipo de control ni autorización de los propietarios de los terrenos ni del visto bueno de Patrimonio de la Xunta de Galicia.
