Este es el sexto artículo que publicamos, aunque en el libro la distribución es diferente. Recuerda que por poco más de 5 euros puedes conseguir el ejemplar encuadernado en Tapa blanda desde Amazon. O a 2.99 euros en formato Kindle.
Grupos de apoyo, cafés y encuentros
Siempre me pareció una idea fantástica. Que surjan o se apoye el nacimiento de amigos y simpatizantes que articulen un grupo de apoyo al candidato. Da buena imagen y ayuda. Plataforma de apoyo a la candidatura de Fulanito Pérez.
Si se puede involucrar a alguna gente no militante mejor. Que acudan con su pancarta a los mítines, que opinen en las redes sociales, que tengan vida propia. Que sean como algo espontáneo surgido de la masa popular para apoyarte.
Otros posibles actos son los cafés con el candidato y los encuentros sectoriales. A veces antes de pinchar en un mitin con diez personas, puede disfrazar el mitin en un “café con el candidato”. Con antelación, por supuesto. Me parece una fórmula muy válida estas pequeñas reuniones no solo en campaña sino incluso antes.
Difunde que estás confeccionando el programa electoral y que quieres recoger las propuestas de las personas. Los harás partícipes. Que te voten o no ya es otra cuestión pero sus propuestas irán en tu programa. El vínculo está creado.
Megafonía y carteles
Hoy en día no es obligatorio tener un coche avisando de un mitin o pidiendo el voto mediante mensajes grabados. Pero sigue siendo una tradición y yo no lo dejaría de lado. El equipo multidisciplinar debería encargarse de esto.
Mientras distribuye carteles o prepara el montaje de un acto no viene mal que recorra los pueblos con el altavoz. A veces estas “megafonías” dan una mala imagen.
No deje sus mensajes en manos de cualquiera colaborador por muy voluntarioso que sea. No permita que el equipo multidisciplinar sea una verbena. Diseñe unos mensajes completos con la música propia del partido, y si puede, grabe diariamente un CD o mp3 con los actos del día. Que se lo haga un profesional.
No te ayudará de nada que a través de un coche con tu foto, vaya un señor berreando. La imagen es la imagen. Y esto es una campaña electoral no la fiesta del día del patrón. Y tampoco tendrá un coste exagerado.
Los carteles son un clásico aunque cada vez se lanzan menos cantidad. He asistido a auténticas guerras en aldeas por coger los mejores sitios para pegar un cartel del candidato. La verdad es que está comprobado que los carteles no dan votos, aunque si notoriedad y color.
También despiertan el orgullo de los votantes propios y da la sensación de que se está en campaña. Pero sin volverse locos. Eso sí, de una vez que estamos, evitemos una descompensación en la colocación de los carteles. Personalmente no me gustan (ni tampoco se deben de fijar) los carteles en los contenedores de basura, ni mal pegados y tirados por los suelos.
Los mítines
De los mítines se dice que son reuniones para animar a los convencidos. Hay lugares en donde algunos actos se convierten en auténticas degustaciones gastronómicas. Este es un gancho que utilizan habitualmente los partidos como magnetismo sobre la gente, para que se anime a acudir a la convocatoria y haya una óptima afluencia.
El seguimiento de los medios de prensa añade un magnífico aliciente a este tipo de actos públicos. Habrá una repercusión mucho mayor, ya que lo que suceda en este evento, tendrá un eco posterior en periódicos, emisoras o páginas de internet. Esto no es lo habitual. Por este motivo, los partidos reparten a sus líderes por toda la geografía del país para arropar a sus representantes en los pueblos.
Y en esas ocasiones es posible que aparezca un periodista o un fotógrafo. Para ti es bueno que vengan refuerzos a apoyarte. Pide a tu partido que te tengan en cuenta, y cuantos más cargos te acompañen mejor. Y es preferible que sean los suficientemente conocidos y mediáticos. Si tu partido es local, está posibilidad ya no es factible.
En el mítin (que es un anglicismo de meeting) hay que focalizar el mensaje y seguir la máxima del objetivo electoral. Recuerda. Reforzar y animar a los nuestros, intentar convencer a los dudosos, y sembrar dudas en el contrario que viene a escucharnos por curiosidad o simplemente a espiarnos.
Eso sí, la opinión publica va comentando la afluencia de los candidatos en los determinados pueblos y “pinchar” en algún acto con poca afluencia puede ser un hándicap tanto en la vox populi de las localidades pequeñas o medianas como en la repercusión que se haga en la prensa en las grandes ciudades.
Los mítines son un recurso de obligado cumplimiento por la propia idiosincrasia de las campañas, aunque es cierto que se estima, que en estos encuentros solo se podría convencer a un dos o tres por ciento de los asistentes. Debemos intentar cubrir todo el mapa territorial y no marginar a ninguna localidad, para no trasladar una imagen equívoca de que hay lugares que no nos interesan, generando malestar. Aunque ya sabes que en algunos sitios debes detenerte más que en otros.
Otros recursos para la campaña electoral
Las vallas y los reclamos que cuelgan de las farolas forman parte del paisaje de campaña. El profesor Costa Bonino escribe sobre este primer recurso: “Las vallas si son muy importantes en una campaña electoral, y marcan una presencia imprescindible del candidato en el paisaje de la elección”.
Volvemos al “color de la campaña”. Si estáis todos los candidatos no hay razón para que tú andes desaparecido. Ocupa tu parcela, tus paredes, tus farolas y por supuesto si puedes ocupar una valla grande en un sitio estratégico reforzará tu trabajo. Así de simple. Pero siempre echando cuentas. ¿O eres el dueño del famoso saco sin fondo?
Aunque todos acabamos recurriendo a los regales típicos, hay un amplio catálogo de merchandishing de campaña. Los llamados detalles que se entregan en mítines, domicilios y calles. Hay que tomar las decisiones con tiempo. Lo que se va a gastar y el material que vamos comprar. Debemos hacer una distribución.
Vamos con otro ejemplo de cosecha propia. Vamos a repartir 5.000 bolígrafos. Dejar una parte para entregar en los mítines, otra para llevar en el coche de campaña, también para las visitas puerta a puerta, y un porcentaje a mayores en la sede, para reforzar las acciones. Más vale que sobre y no que falte, pero tampoco hay que dar sensación de derroche. Una imagen de control y austeridad es más que necesaria.