Segundo capítulo del libro “El candidato ganador: Cómo organizar campañas electorales para ganar unas elecciones (Marketing Político)” escrito por el director de este periódico, Xosé Manuel Lema.
Enlace al primer capítulo
Delante del espejo
Para comenzar la partida hay que saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Sí claro, queremos ganar las elecciones porque somos los mejores. Nuestro amor propio no es suficiente. Lo primero para afrontar la batalla, es saber con qué cartas contamos para jugar la partida. Este es uno de los momentos más duros.
Si tienes algún problema, no guardes el polvo debajo de la alfombra. Porque en la política todo se revuelve, y puede salir a la luz justo cuando menos lo esperas. Y no hay peor derrota que morir ahogado en la orilla. Un inmenso trabajo hecho y antes de llegar a la meta, como en el juego de la oca, vuelves al punto de partida.
Analiza cualquier circunstancia que pueda ser una piedra en tu carrera. Cualquier pequeño pecado o asunto que puedan reprocharte. Conviértete durante unos minutos en tu enemigo. Como atacarías y harías daño a una persona que fuera idéntica a ti. Si no hay nada, tienes una ventaja. Enhorabuena.
Si hay algo, tampoco te martirices. Entiendo que cuando ya has decidido ser candidato no habrá nada tan malo que te impida participar en unos comicios, para ser alcalde de tu municipio o diputado de la comarca a la que perteneces.
Con todos los errores localizados, hay que buscar soluciones. Es evidente que no podemos borrar nuestro pasado, pero sino buscamos un remedio al menos si tendremos una explicación convincente. Porque en el momento menos pensado alguien puede escupirnos todo eso. Y las cosas pequeñas en campaña adquieren otra dimensión. Porque estás bajo el foco. Después de mirarte al espejo es el momento de que mires a los demás.
Una pregunta que surge a menudo, es cuando empezamos con nuestra misión. Pues cuanto antes mejor. Si aún falta un año para la campaña electoral, llevarás el trabajo más holgado y seguramente cometerás menos errores. Si tienes un par de meses por delante, acabas de ponerme los pelos de punta. Lo tuyo sí que tiene mérito y más riesgo aún. No perdamos ni un minuto más.
La radiografía
El entorno social
Para comenzar es fundamental hacer un estudio de campo. Cuando se plantea esto, hay candidatos que lo ven innecesario porque llevan toda la vida viviendo en el territorio. Grave error.
Es muy útil tener una libreta a mano (aunque luego todo se informatice) e ir anotando aspectos que pueden ser superficiales pero serán importantes. ¿Cuáles son los asuntos que más preocupan a la sociedad a la que le vamos a presentar nuestro proyecto y pedir el voto?
Que temas ocupan más protagonismo en las páginas locales (y también generales) de los periódicos, en los boletines de la radio y en las tertulias de los bares. ¿De qué se habla en la calle? Vamos tomando nota.Asumir nuestro papel es también un deber. Si formamos parte del partido que gobierna, si somos oposición o si llegamos “vírgenes” a la cita.
Debemos recopilar toda la información que tengamos y los más detallada posible. Indicadores económicos, datos de paro y del empleo. Empresas, asociaciones, sindicatos, y actividades predominantes. Cuáles son las reivindicaciones históricas. Si tu ayuntamiento lleva años demandando un puente o una carretera, y los motivos del no cumplimiento. No te lances a la piscina, no vaya a ser que justamente tu partido sea el culpable. En ese caso, indaga porque y valora la posibilidad de que se reactive.
En todo municipio hay líderes de opinión y personas influyentes. Hay que identificarlos y situarlos en un lado del tablero. Sino están en ninguno, serán nuestro objetivo inmediato.
La información es poder
Si aún no lo tienes no se a que esperas. Hay que tener todos los datos de anteriores escrutinios en elecciones semejantes. Las comparaciones se deben de hacer entre procesos similares, aunque nunca estorban los datos de todas las consultas.
¿Y a quien tenemos en frente? Se necesita un arduo trabajo de hemeroteca. Reuniremos todo tipo de notas de prensa relacionadas con nuestro municipio, y sobre todo sobre los candidatos y partidos rivales. Haremos un dossier de prensa con toda la información publicada durante los últimos años.
Anotaremos todos los rumores sobre ellos. Aunque solo sean rumores y nunca los vayamos a usar. Sus trayectorias, posibles promesas incumplidas. Si antes te examinaste a ti mismo, ahora pon la mirada fija hacia ellos. Cualquier acto social es un hervidero de información que debemos ir recolectando prudentemente.
–La Encuesta
La encuesta es un instrumento válido pero normalmente caro para las campañas modestas y locales. Además hay que tener en cuenta que el sondeo es una foto fija, es la opinión en un momento determinado. Por eso es casi más importante saber interpretarlas que su propia realización.
En ese momento, la mayoría de la gente puede tener la intención de votar al candidato X, pero después de ese trabajo demoscópico, pueden suceder muchas cosas. Eso sí, digan lo que digan, estimo que un sondeo es muy válido para la planificación, y sobre todo se deben de tener en cuenta las tendencias, porque coloca a cada cual en el tablero en ese momento, y a veces hay distancias muy complicadas de remontar. En campañas de gran envergadura existe el “tracking” que permite ir renovando los datos diarios, pero eso se escapa de las campañas normales.
Los grandes políticos insisten en decir que la mejor encuesta está en las urnas. Pero al margen de esta gran obviedad, a nosotros nos parece muy saludable detectar todos los sentimientos y opiniones que proceden de la calle. Y las encuestas aportan información de muchos quilates, pero no son un documento cerrado ni una sentencia firme.
Y ahí también podemos sacar conclusiones. Como en los barrios o incluso en los pueblos, la mayoría de las personas se conocen, puedes hace un cálculo de las personas que sabes que no votarán, de las que es posible y de las que piensas que van a darte su confianza. Que tu colaborador en cada zona haga lo mismo. Sacarás conclusiones interesantes. No dejes pasar esto por alto.
Si puedes permitirte hacer un sondeo, hazlo cuanto antes y te ayudará en la tarea de planificación. Como escribió el gran Napolitan: “La única razón práctica para hacer una encuesta es obtener información que ayude a ganar elecciones”.