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sábado, septiembre 28, 2024

”Nos queda el orgullo de que Humberto, Fernando y Jorge quedan vivos en la memoria”

Xosé Manuel Lema @xmlema

Un inmenso muro de silencio alicatado con odio, injusticia e indiferencia. Una razón más que suficiente para encender una vela e intentar que no se apague la llama.

José Humberto Fouz, Fernando Quiroga y Jorge Juan García eran tres coruñeses que estaban en Irún labrando su futuro. La ruleta del destino los colocó en la peor casilla.Se desplazaron a Francia para ver una película y pasaron a formar parte de un episodio sangriento y de un abismo de la memoria.

“Estaban los tres viviendo en casa de mi tío Era un sábado por la tarde y decidieron ir al cine a Francia. Fueron en el coche de mi tío que lo había matriculado en Coruña. Tuvieron la mala suerte que al volver pararon a tomar algo en un bar o discoteca, y se toparon con cuatro o cinco etarras, que sospechaban que todo el mundo y los confundieron con policías.Los torturaron y asesinaron y los remataron haciéndolos desaparecer hasta hoy”.

Así lo resume Coral Rodríguez Fouz, sobrina de Humberto, que durante muchos años luchó por despejar todos interrogantes planteados. Pero el muro de silencio parecía infranqueable.

Años después, Coral resume todo con la palabra “impotencia”. Todos los intentos resultaban infructuosos y las diligencias acababan archivándose.“Ni se investigó en su momento, ni ahora, ni conseguimos que ETA lo reconozca. Lo han reconocido en privado pero no han llegado a hacerlo en público. Desde un primer momento se dieron los nombres de los etarras que supuestamente lo hicieron” lamenta Rodríguez Fouz.

Entrevista a Coral Rodríguez en «Na Encrucillada»

Ni las primeras denuncias de 1973, ni en las reaperturas de 1997 (Coral era senadora del PSOE y llevó el tema a este foro) o 2005 se arrojó luz en este túnel de la incomprensión.Un libro valiente y laborioso “Una tumba en el aire” de Adolfo García Ortega aportó esperanza y algunas claves. Insistieron pero la respuesta fue la prescripción.

Pero al menos, el libro sirvió para dar a conocer el triple asesinato.  “Van a quedar en la memoria aunque se empeñaran en construir muros de silencio durante muchos años. Nos queda el orgullo de que quedan vivos en la memoria” comenta nuestra interlocutora.

Coral y los familiares ya no tienen muchas esperanzas en resolver la incógnita, en dar con el paradero de los cuerpos malogrados. Nosotros tampoco podemos hacerlo. Pero sí podemos aportar nuestra humlide luz para que, al menos, el faro de su memoria siga alumbrando a estos tres gallegos.

Noticia publicada en ABC en 1973

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