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La PAPRONA de Noia y el Puesto de Boiro han procedido a la identificación y posterior investigación de J.G.R. , vecino de la misma localidad por un delito de maltrato y abandono de animales y otro contra la salud pública.
Los hechos se iniciaron cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento mediante llamadas de particulares, asociaciones de protección a la naturaleza y redes sociales, de la existencia en el Monte da Graña Cures-Boiro de un caballo mostrenco que sufría una herida en la para delantera izquierda. La lesión se había producido por el atrapamiento de la pata en un lazo metálico de los usados para jabalíes u otras alimañas, provocando ataxia, inflamación y rotura de tendones y articulaciones en la extremidad del animal, lo que podía haber provocado su muerte de no haber sido rescatado y tratado por profesionales veterinarios a tiempo.
Para localizar al propietario del animal, la Guardia Civil tuvo que realizar labores operativas de búsqueda, ya que el individuo en cuestión huía cada vez que se percataba de la presencia de la fuerza. Finalmente pudo ser localizado en el interior de un galpón cercano a su domicilio, donde se le pidió que acompañase a las patrullas hasta donde se encontraba el caballo herido.
Una vez que la Guardia Civil y el propietario se personan en el Monte da Graña , donde se hallaba el animal herido, J.G.R. reconoce ser el dueño del animal y que no le ha procurado al animal ningún tipo de atención veterinaria. Minutos después aparecen varios particulares, pertenecientes a asociaciones de animales y santuarios, con un remolque de transporte de caballos, a quienes el investigado decide ceder y regalar, por lo que se captura al animal con cierta dificultad debido al estado salvaje y sanitario del animal, sumado a la climatología y orografía del terreno entre la Guardia Civil y los miembros de las asociaciones para llevarlo a un centro veterinario.
Cabe destacar que cuando la Guardia Civil intentaba localizar al propietario del animal, visualizó en uno de los cobertizos cercanos a su vivienda un canal de res colgado y eviscerado, pieles de animales con sal, utensilios para sacrificios de animales y esvisceración y hasta un frigorífico desconectado, destacando el olor nauseabundo que salí de los arpones por la mala conservación de los restos animales.
Las condiciones del sacrificio de animales a los que se podía estar dedicando no cumplían los requisitos de bienestar animal ni higiénico-sanitarias exigidas, estando prohibidas por la gestión de los MER. También se hallaron varios animales sin identificar, concretamente 3 terneros, dos cabras, dos ovejas, una cerda, dos lechones, una yegua torda y un potro castaño. Por todo ello se investiga si se realizaban labores ilegales de venta de carne.
