La expresidenta de Vox en A Coruña, Marian Rey, reflexiona en Adiante Galicia sobre la problemática del partido en Galicia.
«Sin explicaciones de Vox en Galicia»
Han pasado dos meses y tres días desde que el 22 de agosto de 2016, a poco más de tres horas de cerrar la Junta Electoral Provincial de La Coruña recibí aquella nefasta y terrible llamada de Santiago Abascal, Presidente de VOX España. Y seguimos sin explicaciones convincentes sobre la arbitraria decisión del Comité Ejecutivo Nacional de VOX, tomada ese mismo día en una “seria” reunión de whatsapp, de no presentar la candidatura de VOX por la provincia de La Coruña a las Elecciones al Parlamento de Galicia 2016.
Cuando esa mañana de 22 de Agosto me levanté con la ilusión de una España mejor, de estar haciendo algo bueno, junto con mis compañeros, por esta España a la deriva, sin valores, sin principios, sin sentido común, ni por la imaginación me habría pasado que acabaría el día dimitiendo como Presidente de la Comisión Gestora de VOX en La Coruña por la arbitrariedad e incapacidad de quiénes no respetan a las personas que forman o formaban parte de ese ilusionante proyecto que era VOX.
Desde ese día todo ha sido un caos. Muchos afiliados de toda España se pusieron en contacto conmigo. No les conocía. Me llamaron y nos apoyaron. En sus provincias pasaban “cosas” semejantes. Constaté que el ninguneo a las provincias era generalizado. En casi toda España, ponían a alguien “a dedo”, y hacían caso omiso de las peticiones de elecciones primarias para elegir un Comité Ejecutivo Provincial legítimo y legitimado por los afiliados. Dilaciones que exasperaban a quiénes querían trabajar en serio por España y no estar en una situación transitoria que cada vez se hacía más difícil de mantener. Y a quienes habían elegido los afiliados de la provincia eran “descabezados” en cuanto solicitaban lo que a la cúpula no les convenía. Nula democracia interna tan cacareada desde la cúpula.
La resolución fundamentada y argumentada, prometida por Santiago Abascal, sobre la decisión de la candidatura coruñesa nunca llegó. Ahora dicen que existe. Ya sabemos que Word puede con todo. Lo que seguro que no tienen es una resolución firmada por todos los miembros que en ese momento componían el CEN. Y sin la firma de todos los miembros es nula.
La falta de resolución fue el acicate que necesitaba para asistir personalmente a la Asamblea Nacional de VOX que se celebró en Madrid el 24 de Septiembre de 2016. Necesitaba una explicación y traer a mi provincia una resolución. Además, no estaba de acuerdo en esa reforma de estatutos que convierte a los afiliados en meros borregos al servicio de cuatro o cinco matones de discoteca.
Y asistí al espectáculo más bochornoso de toda mi vida. La votación un fraude. Allí votaba cualquiera que entrara por la puerta del teatro de la Latina e incluso antes de las explicaciones de los ponentes y no al finalizar las explicaciones de los “mandamases”. Cualquiera menos los que estábamos en contra de esa reforma de estatutos y de esa aprobación de cuentas 2015. Se encargaron de que no votasen. Primero agarrándolos por el cuello y golpeándolos hasta lesionarlos; después arrastrándolos hasta la salida y, por último, no permitiéndoles la entrada a pesar de ser afiliados del partido VOX. Menos derechos que muchos amiguetes de la cúpula que sin estar afiliados levantaron su mano para votar la mesa a dedo que presidió la Asamblea.
Algunos afiliados acabaron en el Hospital de La Paz y otros en el Juzgado denunciando lo allí vivido. Bochornoso y lamentable.
Me volví a La Coruña sin la resolución ni nunca me la enviaron a mi correo particular, puesto que el correo de VOX La Coruña dejé de usarlo el mismo día que dimití como Presidente de la Gestora. Ortega Smith Molina no sólo no me dirigió la palabra sino que acabó dándome la espalda en “agradecimiento” al trabajo realizado y con un Santiago Abascal que no supo estar a la altura ni ser líder de un partido con el ideario de VOX. Y con una idea latiendo en mi cabeza: no podía estar en un partido en el que no se dejaba hablar a los afiliados, en los que no se aceptaban las críticas, en los que se golpeaba a los afiliados que querían dialogar. No podía ser ya parte de VOX con esa banda de caciques a la cabeza. No podía dar ni un solo euro más para que cuatro personajes, Abascal, Ortega, Cabanas y Escalona, se pasearan por toda España “haciendo que hacen”. Cuando sólo deshacen el trabajo de los demás.
Y como no hay dos sin tres, el Secretario General de VOX, Ortega Smith-Molina, visitó La Coruña el pasado 23 de Octubre en un céntrico Hotel de cuatro estrellas de la ciudad. Había convocado una reunión de afiliados. Acudieron a dicha convocatoria dos afiliadas. Y yo. Necesitaba una explicación y lo único que me dijo fue “tú no entras a la reunión”. A una de las afiliadas la ignoró y se puso a hablar con la otra dándonos la espalda para que no oyésemos sus cuchicheos. Ni una explicación. Nada. ¿Y estos son los que hablan de regeneración democrática cuándo practican lo peor del nepotismo y el despotismo?
Entrevista con Javier Ortega
Contrataron el Salón Castelao del hotel para la “multitudinaria” reunión de dos afiliados. Un gasto inútil y demasiado lujoso para un pequeño partido que o bien no se presenta a las elecciones o bien no consigue representación en ninguna de las que se ha presentado. A lo que hay que añadir las dietas y gastos de viaje y alojamiento de las dos personas que se han desplazado a Gijón, La Coruña y Valladolid. Un gasto que los afiliados no se pueden permitir financiar. Entonces, ¿quién les financia? ¿De dónde salen más de 600.000 euros en donaciones sin justificar a los afiliados? ¿A quién sirve la cúpula de VOX? Porque si algo he aprendido en mi vida es que nadie da algo a cambio de nada.
Las teorías son de lo más variopintas. Hay quienes piensan que se ha montado un partido para vivir sin trabajar o para recorrer España a costa de los afiliados. Otros para que Santi se saque el escaño y vivir de la política, como ha hecho toda su vida. Y la mayoría que han montado un partido para dividir en pequeños grupúsculos sin representación a los conservadores-liberales, a los que de verdad aman a España, para servir e imponer la socialdemocracia amoral y traicionera del Partido Popular y el PSOE. Opto por esta última. El tiempo dirá.
