Posiblemente el gorrino más famoso de la comarca de la Costa da Morte en los últimos años sea el cerdo Quinín de Dumbría, objeto en 2007 de una campaña en las redes sociales, prensa y tv, para salvar su vida destinada al cepo y a llenar la tina salada de una casa de labranza. su dueño Antonio Caramés lo subastó para evitar su matanza y finalmente desde mediados del año 2007 se fue a Carral con sus nuevos amos Antonio y Carmen, tras desembolsar 3.000 euros.
Pedro Castro cuida de él y el cerdo se acerca ya a los qunientos quilos de peso. Quinín sigue campeando ahora por las leiras de Carral siempre acompañado de la perra Tila. El geógrafo dumbriés Modesto García Quintáns lo visitó y le sacó algunas instantáneas para dar fe a sus vecinos de la plácida existencia del cerdo que prolongó inusualmente su vida y se hace centenario, en quilos. Modesta García recuerda sobre su historia que «era como o embaixador do concello de Dumbría» pero cree que «estes días de calor débeo pasar moi mal porque non ten piscina e moitos dos visitantes pensarán nos 500 ou máis quilos de carne cos xamóns e chourizos que poderían alimentar ós que pasan fame».
Caramés lo compró en la feria de Senande, el 1 de diciembre del 2007 con el único objetivo de criarlo y matarlo llegado el San Martín, pero una campaña lo salvó. Una asociación catalana dedicada a la defensa de los derechos de los animales, AnimaNaturalis, se ofreció a negociar su compra. El coordinador de la Campaña Vegetalismo de la oenegé barcelonesa, Jonathan Torralba Torrón, habló con los dueños de Quinín después de encontrar en Galicia una granja escuela que estaría dispuesta a adoptar al animal. El dueño lo tasó en 12.000 euros y ahi empezó una campaña en las redes para salvar el cerdo.
