En una casa de Ponte do Porto en el concello de Camariñas y en un lugar poco habitual, la contratapa de un libro, ha sido hallada la que podría ser la pieza de encaje de bolillos más antigua que se conoce en la Costa da Morte.
Rafael Lema
La primera obra de una palilleira de encaje de Camariñas fue localizada en un libro de comedias de 1622, cosida a la parte interior de la tapa y cubierta por un pliego que al ser desvelado por su propietario dio con la pequeña obra de arte. Se trata de una labor en hilo azul, dorado y seda, del tipo blonda antigua catalana y de estilo italiano, obra posiblemente de una rica dama de alguna casa hidalga de la zona pues en el siglo XVII aun no se había popularizado el encaje de Camariñas. En la localidad hay documentación de palilleiras desde el siglo XVIII, y a mediados de éste ya eran populares las palilladas entre O Pindo y Corme. Con todo hay noticias de venta de encaje gallego a nobles y cabildos catedralicios desde el siglo XVI.
En un libro de comedias del Siglo de Oro impreso en 1622 aparece esta pequeña pieza en un motivo que imita una hoja apuntada en hilo finísimo y caro de tres colores. El primer propietario del tomo es un tal Antonio Canosa y Lado de Santiago de Ameixenda en Cee, que recibe una dedicatoria «Da Mi Señora Luzia Baptista» que podría ser la autora de la pieza de labor. En otras hojas aparecen anotaciones de posteriores herederos, con fechas como 1856, 1871 o 1882, y nombres como S. Sendón, Jesús y Cristóbal Canosa.
Éste último anota que es párroco de Ameixenda, del lugar de Lamas, en 1871.También aparece como curiosidad una canción de las guerras carlistas en la cara anterior de un folio con un dibujo del barco de pasaje inglés Great Liverpool caído muy cerca de Ameixenda en 1846 y escenas de bandoleros y carabineros: «De nápoles ha venido una estrella y la gloria a los liberales el infierno a los carlistas el pulgatorio a los flaires». El libro en su cara externa presenta de haber sido salvado de un incendio, por lo que últimos propietarios citaban por una tradición oral de la familia que una rectoral de Cee en la que se hallaba había sido quemada durante las invasiones napoleónicas en 1809.
