El Partido Popular de Galicia inicia su particular camino de reflexión y renovación con reuniones y congresos, buscando fortalecer las bases y recuperar a los ciudadanos que le dieron la espalda. Es tiempo de que la teoría y la estrategia se manchen de salitre y barro.
Xosé Manuel Lema @xmlema
No solo el efecto Rajoy es culpable de las derrotas
En el PP parece que ahora sí le ven las orejas al lobo. Y el presidente autonómico sabe lo duro que es patearse Galicia como líder de la oposición, en donde el frío se nota demasiado.
Porque ni el desgaste de la “marca PP” ni algunas decisiones impopulares del ejecutivo Rajoy tienen toda la culpa del batacazo que se llevaron en muchos municipios. Porque sigue habiendo alcaldes del PP que gobiernan por mayoría absoluta, y allí ni son ajenos a la “marca PP” ni a la crisis. En muchos ayuntamientos o no se ha trabajado bien o no lo suficiente. Esto acentuado con el suspenso que siguen cosechando en las redes sociales, con respecto a otros partidos, o la propia gestión de la comunicación.
En un contexto de la fuerza más votada de Galicia perdiendo fuelle y sufriendo fracasos estrepitosos en ciudades como A Coruña, Santiago o Vigo, el partido intenta sacar rédito de su mejor baza, Alberto Núñez Feijóo.
El PP promueve una renovación en distintos sentidos
Y el político nacido en Os Peares ya tiene hoja de ruta. Primero las juntas provinciales de Lugo y A Coruña y luego las de Ourense y Pontevedra. Se inició un tiempo de reflexión, antes de tomar decisiones y promover “unha renovación política, de actitude e de equipos”. En el mes de julio se presentará una ponencia política para deinifir la estrategia y ahondar en la “centralidade política”.
Porque en el PPdeG saben que que con trabajo, cercanía y propuestas pueden recuperar una buena parte de votantes suyos que se quedaron en casa o que incluso optaron por votar a otras fuerzas.
Núñez Feijóo lidera el nuevo ciclo
Fuentes del PPdeG indican que se trata de “abrir un novo ciclo no partido que busque ampliar as maiorías obtidas nas eleccións municipais e que lles permita volver a achegarse ós cidadáns”.
Aunque quizás se dieron cuenta tarde, cuando vieron esfumarse alcaldías y diputaciones, ahora son conscientes de que deben activar el partido desde las parroquias hasta las ciudades. Porque la formación que puso a andar el difunto Manuel Fraga tiene una base social muy importante, muy fiel aunque no políticamente masoquista, y como las familias, si no se cuida, pues al final suenan las trompetas del fracaso.
Es el tiempo de poner en práctica la teoría. De reflexionar, debatir y buscar soluciones. De mirar en el banquillo y renovar caras que pueden transmitir cansancio o sensación de derrota. Las reuniones, y los congresos locales y provinciales deberían de servir para ello. Eso es lo que quiere el presidente. El camino está trazado. Ya lo ha estado siempre. Pero hay que recorrerlo.
