Guillermo Lourido Corzón volvió a coger la gaita y a compartir su pasión con la gente. Tiene 85 años y ha vuelto a hacer hablar a este instrumento tan “enxebre” en nuestro país. Empezó a tocar de manera autodidacta con 9 años “cando ía coas vacas”, y luego con un grupo de San Cosme de Antes (Mazaricos) ya amenizó “festas, vodas e regueifas”.
Guillermo recorrió numerosas celebraciones de las comarcas de Bergantiños, Soneira, Xallas y Barcala.”Daquela non había discotecas e os gaiteiros andábamos de festa en festa todolos días”.Su actividad musical se prolongó durante décadas. Recuerda actuaciones en San Roque do Monte de Zas, Esmorode, Fontecada, Vilar, Guisande, Fontecada, Negreira y había sitios muy frecuentes como en Truebe “onde case tocaba tódalas semanas”.
Lourido escuchaba una pieza, la grababa en el disco duro de la memoria y la interpretaba con la gaita. Pero a los 65 años jubiló su talento musical. Dejó a su vieja amiga guardada en un armario. Hasta hace poco. En una comida entre amigos, entre su yerno y el empresario mazaricano Manolo Rodríguez Caamaño, lo “liaron” y la gaita de Guillermo volvió a sonar.
El reencuentro fue tan agradable que el artista que ahora reside en Negreira, volvió a actuar en el “campo da feira” de Santa Comba, con la memoria fresca, los dedos ágiles y aplausos de la gente. Y es que los viejos gaiteiros nunca mueren.