La historia de Rogelio Mazaeda, segunda parte.
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«Viviendo el sueño republicano»- Xosé Manuel Lema
Ponte do Porto era un pueblo con importante dinamismo comercial y cultural. Un foco también de obreros que buscaban su jornal en los aserraderos, el campo o en la obra pública. No había para todos y las condiciones laborales no eran las más apropiadas.
El barrio de Outeiro, donde vivía Mazaeda lo llegaron a apodar “Rusia pequeña”. Allí se creó un importante movimiento sindical, con inquietos sectores de trabajadores afectos a la Unión General de Trabajadores (UGT) y a la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.). Los años republicanos refrendaron el carisma y el liderazgo de Rogelio Mazaeda, que con su exquisita oratoria y sólida formación, se convirtió en un referente local.Aunque no fue hasta las cercanías de 1936, cuando eclosionó como dirigente, el joven y apasionado lector, mantuvo estrechos lazos con los movimientos izquierdistas republicanos, y contacto habitual con el diputado corcubionés José Miñones Bernárdez, que a escasos metros de su vivienda, tenía familiares directos. De hecho, el 5 de diciembre de 1933, participa en el homenaje que se le tributa en A Coruña.
Una de las grandes incógnitas por resolver es precisamente la filiación de Mazaeda. El informe del tribunal de responsabilidades políticas lo sitúa en la Unión General de Trabajadores. También los testimonios orales de sus compañeros Francisco Tajes y José Suárez, y que corrobora con su pluma Manuel Silva Ferreiro.No obstante, no pudimos encontrar la prueba documental. Sí localizamos los estatutos y el acta de fundación del Sindicato de Oficios Varios de Puente del Puerto, vinculado a la Confederación Nacional del Trabajo, creado en marzo de 1932, al mismo tiempo que la central que lideraba en Camariñas, el carismático Jacinto Campaña.
Manuel Carracedo, que sería asesinado por los sublevados, es uno de los promotores del sindicato, que eligió como primer presidente a Ernesto Álvarez. Uno de los grandes expertos en la materia y acreditado investigador, Luís Lamela se inclina a pensar que en esta parroquia existía solo una organización y que Mazaeda “era presidente del sindicato afecto a la CNT”. Por otra parte, Carlos F.Velasco destacaba la conexión del POUM con los sindicatos de Camariñas y Ponte do Porto.Desde la Fundación Largo Caballero aseguran no tener datos ni de Mazaeda ni la existencia de un sindicato ugetista en el municipio en 1936. Tampoco nos pudieron disipar ninguna duda desde las fundaciones Pablo Iglesias y Luís Tilve. No tienen constancia.
Las elecciones de febrero de 1936 se tomaron muy en serio por parte de las izquierdas, que no querían verse sorprendidas de nuevo. Rogelio Mazaeda forma parte del equipo electoral del Frente Popular en el municipio de Camariñas y es uno de los representantes en el partido judicial de Corcubión. Logran la victoria y la celebran por todo lo alto en el Casino Republicano, muy cerca del Casino Monárquico. El champagne que toman los vencedores en el establecimiento rival, acentuará la controversia entre unos y otros. Ese carnaval, el tradicional entierro de la sardina será sustituido por el llamado “entierro de Gil Robles”, en homenaje al líder de la CEDA.
Este primer semestre de año se vive con mucha agitación en el auténtico “foco revolucionario de la comarca”. Así lo escribiría años más tarde Manuel Silva Ferreiro: “Allí se celebraban con gran regocijo, disparo de bombas y puños en alto, las fiestas del trabajo y las más insignificantes victorias políticas del Frente Popular” que destacaban sobre otros pueblos de la Costa da Morte gallega. Y lo cierto es que no faltaron huelgas, actos políticos y algunos enfrentamientos con patronos y personas adheridas a ideologías conservadoras. Según Silva, el diputado y líder del P.O.U.M. Joaquín Maurín ofreció aquí uno de sus últimos mítines en tierra republicana. Tampoco conviene olvidar el nombre del maestro de Camelle, Francisco Ponzán, del que hablaremos en el siguiente capítulo.
De esta manera quedaría certificada la relevancia de este núcleo político y sindical. En esas fechas, Ponte do Porto y otros muchos pueblos del estado ya eran un auténtico hervidero de posturas casi irreconciliables.
FOTO Portada- Foto actual de la sede del sindicato en 1936
Este jueves el penúltimo capítulo.
