La XXVI Mostra do Encaixe de Camariñas que se inauguró el miércoles celebró con éxito de público y muchos aplausos a los grandes diseñadores las dos primeras jornadas.
Rafael Lema
Este año destacan los puestos que ofrecen otras artesanías, complementos y ofertas variadas además de las tiendas de encaje local. Los desfiles volvieron a ser el centro de atención. Los grandes diseñadores presentaron una amplia gama de patrones que consolidan al encaje dentro de la moda que se hace en España. El desfile de nuevos creadores atrajo frescura e innovación, mostrándose como una plataforma de acceso de nuevos modistos a la pasarela. De hecho dos costureras locales llevaron su arte al desfile central, como también desfiló Maite Carril, la modelo de Camariñas y ex concejala que ofrece su imagen al cartel de este año.
Desde Granada, Claudina Mata trajo diseños de novia exclusivos y vestidos de fiesta, presentando su colección para el 2017. Es su primera vez en la Mostra. Apuesta por los métodos tradicionales en la alta costura, con buenas piezas de encaje de Camariñas. En sus piezas se pudo ver el tul, la gasa, las blusas con adornos de encaje en cintura y tirantes de labores clásicas locales, también en tocados pequeños y sutiles o escotes.
Desde Asturias llegó Cristina Llama, también en su primera Mostra dentro del grupo de los complentos. Se estrena en Camariñas con una colección de tocados y flores para novia, niñas de primera comunión y madrinas. Desde piezas sencillas a otras espectaculares, para momentos especiales. Sobre vestidos minimalistas negros y ajustados aportó sus imaginativos diseños, con tocados en encaje clásico de hilo blanco entre plumas y svaroski. Una gran pamela translucida y muy trabajada con blonda.
La asturiana Ana Cabranes no pierde su cita anual con Camariñas. Presentó en esta ocasión dos diseños para mujer y tres para niñas, en tonos azul marino y blanco, además de rayas. Fiesta para las primeras y sport para las segundas, con habituales aplicaciones de encaje pero innovando en los lugares y formas de exposición. En un guiño marinero y a la primera Coco Chanel introdujo lazos de encaje local en hilo blanco en lazos y escotes. También sobre faldas azul y pantalón, con el uso característico de mariposas y florales de encaje.
Desde Madrid Yono Taola se estrenó en la Mostra de Camariñas, con Juanjo Gómez y cuatro looks distintos, siguiendo un estilo más informal y desenfadado. El encaje blanco local se dejó ver sobre tyrajes minimanlistas con falda o pantalón y camisa. La seda cruda y el tono empolvado de moda, con bordados y brillos o coloridos zapatos con guiños artesanales lucían en las obras y también en las de Mar Balmón, que acude por segunda vez a la cita del encaje, donde presentó una colección de tocados espectaculares y arriesgados, como diría un charrúa «for export». Aporta complementos de flores exóticas de la Amazonia, fantasía en diseños multisex, cordones y cintas de encaje, labores en hebillas y remates, tocados de pluma y brillo con encaje negro o dos llamativos tocados en turquesa. Un modelo masculino con el torso desnudo y pantalón lucía un gran tocado con cuernos de fauno en una labor muy trabajada, plumas rojas y labores entremezcladas.
Modesto Lomba, el presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España es otro de los habituales en Camariñas y de nuevo trajo su estilo elegante y muy de vestir en cuatro trajes largos pero en distintos diseños. Traje largo, faldas anchas, el toque oriental que lleva del estilo minimalista al plisado en un revival muy de moda este año. Destacó un traje largo con mucho encaje blanco en frontal y parte trasera o un imaginativo top simulando una costura de trozos de tela con destacados corchetes textiles.
Desde Marbella, Esteban Freiría aportó variados colores, con una glamurosa colección masculina y otra de moda infantil, ambas muy bien acogidas para romper un poco los moldes de la vinculación mujer-encaje. Las define como «un canto a la vida», inspiradas en Jaime de Mora y Aragón o en Espartaco Santoni, en hombres que han vivido a su manera. Mezcla detalles en tonos más formales y otros desenfadados. Trajes de primavera y verano, con chino o con las bermudas de moda este año combinadas con saharianas, americanas, camisas en tonos empolvados, champán, malva, con apliques de encaje en tonos castaños y pastel. Chalecos con floreados y encajes, también apreciables en puños y diversos apliques.
Desde Galicia llegaron varios nombres ya consolidados en la Mostra. Janet Schulz de Vigo, especializada en sombreros y tocados, presentó su nueva línea de accesorios. Desde lo más sencillo a lo sofisticado sobre trajes antracitas. Hombreras, broches o cinturones. Con encaje negro entre brillos. Plumas, mariposas, flores. Una preciosa pamela riveteada de encaje rosa y con un magnifico labor central también de encaje levantó muchos aplausos.
José Matteos desde A Coruña muestra una colección femenina de fiesta, con nueve modelos, que levantó las simpatías del público por su loable aportación y trabajada obra, con muchos encaje local y blonda. El encaje blanco tradicional lucía esplendido y bien incorporado a las últimas tendencias sobre vestidos blancos, fucsia, azul marino o negro. Cinturas, pulseras y pecheras de encaje con brillos y svarosky, o en faldas oversize negras y claras. También encaje formando un erótico top sujetador. Sanmar, una firma coruñesa presentó sus diseños infantiles, tanto para línea de fiesta como para looks informales, con mezcla de vanguardia y vintage, tonos rosa y claro, encaje clásico blanco en tiras y detalles.
Y desde Camariñas, dos modistas. Kathy Mouzo de León, salida del concurso de jóvenes diseñadores, presentó dos trabajados vestidos de noche y dos de novia en tonos pastel. Un vestido largo y un tocado con una recreación del «freu», una planta marina popular. Muy trabajados diseños con encaje precioso en cinturones dobles, velos, escotes, volteados interiores, destacando un vestido en burdeos con un doble escote imaginativo y vanguardista, luciendo una magnifica pieza de encaje serpentiforme acariciando el cuerpo de la modelo. María Campaña mostró dos diseños de fiesta y dos de moda urbana. Vestidos en negro y beige con apliques de encaje clásico en costados y pecho. Uso de variados encajes de distinta procedencia, como labor en rojo de blonda e hilos de calidad.
ENCAJE DE RUSIA Y CHOCOLATE CON RENDAS
En la Mostra de Encaixe de Camariñas podemos encontrar otras artesanías, algunas ya clásicas en la feria, desde los primeros años. Este año hay mayor variedad de productos.
Este año de nuevo en un lugar central están las encajeras internacionales, algunas llegadas desde puntos tan lejanos como rusia. Olga Manchur es profesora de encaje en Nizhni Novgorod, en el Volga. Con ella está en el primer puesto de la feria y al lado de otro estand ruso su alumna aventajada, Nastia Nikulina. Ellas hacen «krujevo», un encaje tradicional de su zona, pues olga explica que rusia es muy grande y hay muchas variedades. Su labor llegó de Europa occidental hace trescientos años, por ello está documentado en la misma época que el de Camariñas. En su estilo usan motivos vegetales, como hojas o flores, con hilo fino y también en plata y oro. De sus puertos llegaba el hilo y el lino usado por nuestras palilleiras y costureras. Olga quiere recordar a sus antepasados, a las artesanas que guardaron la tradición e hicieron que llegara a nuestros días. Las encajeras rusas estuvieron unos días en Madrid y luego se desplazaron a Santiago de Compostela. Les encanta España.
Silvina Muñoz es una respostera de Xaviña que está presente con huevos de pascua de chocolate y variadas piezas de productos hechos en este producto como unas piruletas con imágenes de enclaves característicos del municipio. La artesana y sus dos ayudantes se vistieron en su estand reproduciendo a las chicas pin-up de los años cuarenta y aportan una de las más sorprendentes incorporaciones del encaje local a otras variedades, ent caso tanto ceemrciales como artesanas. Silvina llegó de mendoza- argentina en donde trabajaba en el mismo ramo con su marido que es de xaviña y decidió «decorar los tradicionales huevos de pascua con nuevos motivos, vestirlos un poco». Y en la feria trae los huevos de chocolate de su obradoiro local en distintas formas con reproducciones de picados de encaje local adornando las piezas de chocolate.
