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sábado, marzo 30, 2024

La potencia minera de la cuenca del Xallas

La potencia minera de la cuenca del Xallas ya se conocía hace un siglo. Las noticias de proyectos de investigación minera en la Costa da Morte y Xallas inciden en la riqueza de nuestro subsuelo y sus potencialidades, que ya eran conocidas desde hace tiempo. Y existen estudios que lo demuestran.

Rafael Lema

En la cuenca del Xallas varios trabajos llevados a cabo por un investigador inglés hace un siglo ya citaban los puntos de interés que ahora buscan estos planes nuevos. Citamos en un artículo anterior el caso de Meanos, pero estos trabajos centenarios son mucho más extensos. El proyecto de investigación Isabela II prevé realizar 34 sondeos y 100 calicatas en tres años con una inversión de 600.000 euros. A este se une el proyecto Livia. Las empresas van en serio y los estudios históricos citados hablan de una presencia real de valores minerales que los nuevos métodos de extracción hacen viables. Y no todo es oro lo que reluce.

La fiebre del oro en la comarca tiene antecedentes lejanos. Pero sin duda el padre de la minería moderna en la zona y el primer explotador de los recursos de oro fue el inglés John James Rosewarne, avecindado un tiempo en Zas, del que ya hemos contado alguna de sus experiencias. Aquí vamos a hablar de algunos de sus proyectos, como el intento de sacar oro en la Mina Nueva Esperanza de Meanos, en Zas. Un proyecto que finalmente supuso más gastos que ingresos, lo que llevó al inglés a buscar otras zonas y otros metales (wólfram, estaño, caolín). Este curioso personaje llegó Carballo hace 130 años en busca de oro y realizó estudios pioneros en todos los capos. 

Un artículo localizado por Xosé Manuel Lema en el diario El Liberal de Menorca del 13 de abril de 1894 nos aclara que el inglés fue el primero en denunciar una mina de oro «en la zona de Carballo» en 1878, primera cita que tenemos del inglés en Galicia. La segunda es la denuncia de unas minas en O Bolo, Ourense, en 1883. Se informa en El Liberal de 1894 que se había constituido en Glasgow una sociedad anónima con objeto de explorar un yacimiento de oro en Carballo, del que son concesionarios los señores Thompson y Altken. 

Se cuenta que «Los trabajos dieron comienzo hace poco con mucha mano de obra ya contratada, y la construcción de viviendas y edificios para los mineros, por lo que la empresa piensa solicitar al gobierno el uso de la fuerza hidráulica en el río Anllóns». Se indica que la mina tiene 47 galerías y pesquisas abiertas, con 30 filones de un espesor de 0,30 a 1,80 metros. La dirección general «estará a cargo del eminente minerólogo mr. John Rosewarne, al frente de la mina desde 1878, cuando fue denunciada por él. El oro irá en lingotes al puerto de A Coruña donde se embarcará a Inglaterra».

John James Rosewarne: Ingeniero de minas inglés, natural del condado de Cornualles. Llega a Galicia a finales del Siglo XlX. Tras un breve paso por Ferrol, centra su atención en la mina de oro de Corcoesto desarrollando en los primeros años del siglo XX un intenso trabajo en busca de explotaciones mineras a lo largo de toda la geografía gallega. Entre 1900 y 1920 recorre toda a Costa da Morte y realiza trabajos en antiguas minas abandonadas en busca de cualquier mineral que se pudiera comercializar en los mercados internacionales: oro, estaño,wolfram, caolín. Trabaja las minas de oro de Corcoesto en Cabana, las minas de oro de Vila y Meanos en el Ayuntamiento de Zás, las minas de Grixoa en Santa Comba, dos minas en Mazaricos, Rapadoiro en Noicela en el Ayuntamiento de Carballo y es uno de los primeros descubridores del potencial minero de Monte Neme aunque en el momento de realizar las catas el wolfram no es un mineral especialmente valioso por lo que no le da demasiada importancia.

Juan el Inglés se dedicó a investigar y explotar minas en toda la comarca, abiertas todo el siglo pasado (Corcoesto, Grixoa, Meanos, Neme) y que ahora renuevan el interés de la industria. En 1923 sus informes, por ejemplo, permitieron abrir las minas de caolín de Laxe, bajo su dirección. Nueva correspondencia hallada nos confirma los quebraderos de cabeza que tuvo con alguno de sus proyectos, como la Mina Nueva Esperanza de Meanos, en Zas. En el cruce de cartas vemos como la política internacional interviene y mucho en las inversiones e investigaciones mineras en la comarca. 

Un telegrama de la banca coruñesa Sobrinos de José Pastor informa de una cuenta a nombre de The Eureka Explorate Syndicate con 1.547, 08 pesetas, el 31 de diciembre de 1910. El inglés hace un justificante de pagos el 31-12-1911, en donde expone que se le deben 4.671, 36 pesetas de gastos, destinado a un tal mr. Fitzgerald. Este por su parte descuenta 994 pesetas de sus propios trabajos, y de uso de máquinas y transporte. Comunica que envió por cable el 3 de enero 3.000 pesetas, y el 16 de enero, 677,37, completando el cargo hecho por Rosewarne.

El 25 de agosto de 1913 Rosewarne escribe a Luis Antelo de Ferrol desde Zas en nombre de la Mina Nueva Esperanza de Meanos, Zas. El inglés informa que estuvo 15 días fuera y al volver encontró la carta de Antelo del día 8 del mismo mes, a la que contesta. En su carta mecanografiada cita «una memoria y plano que hizo don Francisco de esta mina y contorno, y que ojalá lo acabe de realizar pronto y nos pone fuera de dudas». Vemos pues que en este año el inglés y sus socios andaban investigando las posibilidades de encontrar oro en Meanos. Unos meses después el mismo Antelo había enviado una larga misiva al inglés, escrita en Ferrol el 30-12-1913. 

Por ella sabemos que el inglés cuenta con un socio, el citado empresario de minas ferrolano Luis Antelo, que tiene apoyos económicos de Francia, por medio del señor Glaizet. Antelo informa que el señor Glaizet había marchado a Chile y de la caída del gobierno en Francia, «por lo que no podrá aprobar el empréstito que se tenía que aprobar por parte del anterior gobierno, por ello ha transtornado el asunto de v. que llevaba muy buena marcha. Ello también complica el estado financiero de nuestra mina de Cobas. Los amigos por los que estoy en relaciones para su asunto de v. de orden del sr. Glaizet me escriben que tenga calma y paciencia para que por ahora es absolutamente imposible hacer nada». 

El inglés se lamenta de los gastos que lleva hechos en Zas pero el ferrolano se hace el sueco y contesta «Sobre los gastos que he tenido en esa mina ni el señor Glaizet ni yo le habemos obligado a ello. Nosotros no podemos asumir las responsabilidades de los gastos que v. ha hecho. Contrato entre nosotros no ha habido ninguno al respecto a esos gastos». Muestra la sorpresa de la carta enviada por el inglés de la que no quiere participar al francés, pero le abre una puerta a la esperanza » él sigue muy interesado en hacer ese negocio de Zaz» . y se despide con un «tenga calma, deseo feliz año nuevo que en el próximo vea realizado su negocio y seamos nosotros los que lo hagamos». La mina de Meanos, por los problemas financieros, tuvo poco éxito como otras iniciativas gallegas en aquella convulsa época prebélica. La I Guerra Mundial complicó más las cosas, pero los estudios siguen ahí y hoy se revalorizan.

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