Los recursos de la zona minera que están ahora en estudio ya eran conocidos hace un siglo.
Rafael Lema
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Varias entidades han alertado sobre el permiso de investigación minera para el área de exploración conocido como Isabela II que abarca tierras de los municipios de Coristanco, Zas, Vimianzo y Santa Comba, como Petón do Lobo y Salvemos Cabana.
Ahora también anuncian la tramitación del permiso a la empresa Grupo M-FM 2001, S.L. de otra área bajo la denominación de «Livia», con afectación en Zas, Mazaricos y Santa Comba.
Sin embargo, según el alcalde de Zas, Manuel Muiño, hasta ahora se trata solo de permisos de investigación en amplias áreas y no de planes concretos que podrían tardar muchos años en caso de encontrar recursos, por lo que tampoco es hora de plantear alegaciones.
Por ello como informan desde la Cámara Minera de Galicia estos permisos solo dan lugar a catas concretas en busca de minerales para ver la rentabilidad de una futura explotación. Muiño cree que el oro es uno de los minerales buscados y que ya había indicios de su existencia en la veta de Vila a Santa Comba. El oro aparece en esta zona asociado a otros minerales de interés, pero por ahora las empresas solo juegan con conjeturas y aún no han iniciado estudios rigurosos sobre las posibilidades de exploración. A veces los interesados renuevan permisos de hace años para no perder su opción sobre el área de investigación.
Muiño Espasandín indicó que la empresa que intentaba abrir la mina de Corcoesto ya barajaba como opción secundaria esta zona de Vila, Meanos y Gándara, pero solo en caso de estar a pleno rendimiento en la mina cabanesa. Con todas las nuevas áreas de investigación ya eran conocidas hace un siglo y fueron objeto de explotación y de estudio por compañías extranjeras por lo que el renovado interés por los recursos de la zona se basa en datos veraces.
Las minas de Meanos, en Zas, según los datos de los investigadores ingleses que las estudiaron hace un siglo, John James Rosewarne y Hugh Sandys, arrojan unos resultados altamente satisfactorios para la explotación de oro y plata, con unos porcentajes que podrían ser superiores a los de Corcoesto, a tenor de los datos conservados e inéditos recuperados del archivo de Rosewarne hace tres años.
Este inglés las estudió y explotó hace ahora cien años y un informe suyo de 1911 nos aporta un trabajo de campo asombroso que corrobora la rentabilidad de las minas por su alta concentración de oro y plata por tonelada. En esos años trabajaron 16 personas en la mina, pero el socio ferrolano del inglés queda sin la financiación francesa por una crisis de gobierno en Francia, lo que hace abandonar la empresa. Rosewarne habla de trabajos antiguos, de época romana, que el localiza y también de un técnico anterior, Sandys. Suponemos que ambos trabajaban para el sindicato escocés que envió a Rosewarne a Carballo en 1878, donde empieza su labor en nuestras minas. Ahora está al frente del The Eureka Explorate Syndicate. Todas las áreas solicitadas actualmente en la zona fueron objeto de estudio de este pionero, por supuesto también las que integran la zona Isabela y Livia de la veta Vila-Santa Comba.
El informe de Rosewarne habla de dos minas en Meanos, Zas. Nueva Esperanza y Nueva Esperanza 2, dos áreas concedidas por el gobierno, la primera de 30 hectáreas y la segunda de 18 hectáreas. Indica que la formación geológica es de esquistos de mica cruzados de filones de cuarzo en distintas direcciones. Explica que está excepcionalmente bien situada ya que se puede llegar desde Londres vía Southampton en 52 horas. Tres horas de la capital a Southamptom, 46 de aquí a A Coruña y dos o tres horas de la ciudad herculina hasta tres kilómetros de la mina. «El tramo final no está macadanizado y en condiciones de tráfico pesado durante las estaciones húmedas, pero en el verano resiste cargas de peso considerable» indica.
Así escribe: «Hay filones transversales en dirección que se aproxima al N.O. y S. E. en un ángulo de unos 60 grados, variando de anchura de 4 a 6 pies, filones que se han descubierto en la superficie no habiendo hecho ningún duro trabajo para conocer su valor. Han debido pasar inadvertidos la existencia de estos filones a los antiguos exploradores. Hay cuatro filones paralelos que llevan dirección N. 60 E. y S.60 O., y se inclinan al N.O. formando un ángulo entre 60 y 70 grados numerados: 1,2,3,4».
Nos demuestra sus conocimientos históricos y dice «Estos filones los trabajaron por largo tiempo los antiguos romanos, posiblemente en la época en que se refiere Plinio, coincidiendo con aquella el envío a Roma de grandes cantidades de oro desde Galicia, Asturias, Lusitania. a juzgar por la gran extensión de los trabajos en estas venas, vetas o filones, no cabe la menor duda de que inmensas riquezas se extrajeron en aquellos tiempos de estas célebres excavaciones».
Luego describe las vetas: «Filón nº1: la extensión de los trabajos antiguos en este filón es de 1.600 pies de largo sin interrupción y aparentemente de una profundidad de 35 a 56 pies. Filón nº 2, la extensión es de 1.100 pies pero las excavaciones continuas solo dan señales de trabajo en algunos sitios. Filón nº 4, se extiende 270 pies de longitud y 40 pies de profundidad. El nº 5, se ha descubierto recientemente, no se ha efectuado aún ningún trabajo de importancia».
La falta de financiación limitó los trabajos al filón nº 1, en el que se hicieron cinco pozos. En el pozo 1 inclinado, se siguieron trabajos antiguos que alcanzaban una profundidad de 66 pies y se hicieron 40 pies en el macizo haciendo una profundidad total desde la superficie de 106 pies. La anchura por término medio de filón en el fondo del pozo es de 40 pies. Resultando de las muestras, por término medio, 25 y medio gramos de oro y 190 gramos de plata por tonelada.
En el pozo 2 inclinado hecho en trabajos anteriores que se ahondaron a 40 pies de la superficie la anchura del filón en el fondo del pozo según el informe de Mr. Sandys es de 4 pies y 2 pulgadas. Resultado de los ensayos: 20 gramos de oro y 255 gramos de plata por tonelada. «No se hizo ningún otro trabajo en este pozo después que los trabajos antiguos se abandonaron. Pero los resultados obtenidos fueron del todo satisfactorios para el sindicato. Dado la extensión de este pozo se ha desmoronado y está ahora lleno de escombros» escribe el minerólogo.
«Pozo 3 inclinado: también se hunde en los trabajos antiguos y que se ahonda a 33 pies y 6 pies se hicieron en el macizo, cuando Mr. Sandy estaba encargado de las minas. Menciono este dato porque en aquella época se suspendieron los trabajos por algún tiempo para estudiar lo que convenía hacer en el futuro y exponer más capital para llevar a cabo lo expuesto». E informa que «Más adelante hay una copia del informe de último encargado de la mina Mr. Hugh Sandys., exponiendo las distintas profundidades, donde habían sido extraídas las muestras, el término medio de la anchura del filón y los resultados de los ensayos hasta la época en que se suspendieron las operaciones».
En la cuenta general de Nueva Esperanza vemos el cuadro de personal. El agency o encargado es John James Rosewarne. Trabajan por días el carpintero Antonio Baneira y los herreros Pedro Oreiro, Francisco Soto. Mineros son: Antonio Vizcaya (cantero), Francisco Vila, Ángel Vázquez, José Solís, Ramón Suárez, José Carballo, Manuel Suárez, Faustino López. Peones son: Andrés Andrade, Juan Maneiro, Toribio Espasandín, Andrés Quintáns, Francisco Blanco, Manuel Soto, Pedro Pol, Juana Vidal, Segundo Romar, Manuel Romar, Francisco Romar, Manuel García. De los explosivos se encargaba Vicente Muñiz que gasta en su labor y dinamita 324,56 pts. Se apunta un gasto de un caballo que Rosewarne fue a comprar Santiago. En gastos diversos, pagos de efectos a Maximino Montero, Andrés Mourelle y Manuel Lecuna. El gasto total el 30 de junio de 1911 era de 2.884, 61 pesetas. Esta lista fue enviada por el inglés a su socio Luís Antelo a Ferrol, pero éste le dio largas, debido a la pérdida del prestamista francés, Glaizet.
