Solena Carro, la tarotista de Negreira, dice que su vocación desde niña es ayudar a los demás. Lo hizo siendo monja y lo quiere seguir haciendo con rituales y cartas en un tierra donde lo esotérico tiene mucho arraigo. Solena, muy atenta y cordialmente, accedió a contestar a nuestras preguntas.
P- ¿Cómo surgió mi vinculación con el mundo del tarot?
R-Esta vinculación empieza siendo niña, tenía una familiar que se dedicaba a echar las cartas, y que estaba relacionada con este mundo, y me llamó la atención en este momento. Siempre tuve un don, cada vez que me ponía delante de las cartas, era como si me hablasen. Con el paso de los años, a través de amistades, por trabajos de investigación, fue siendo para mí una auténtica pasión.
P- Supongo que detrás de este mundo habrá una importante fase de preparación.
R-Efectivamente, Detrás del mundo espiritual, y del mundo del tarot hay una larga fase de investigación, de aprendizaje aunque si es cierto que cuando ya tienes cierta facilidad se hacen las cosas más llevaderas. Y sobre todo nunca dejas de aprender, con la experiencia que te va dando la vida.
P-¿Qué tipo de personas son las que acuden con mayor frecuencia a tu consulta?
R-A mi consulta vienen personas muy diferentes:Desde personas con problemas familiares, que tienen falta de trabajo, problemas en sus vidas personales, O que parece que en la vida les va todo del revés a personas que necesitan que alguien las escuche, rece por ellas, y le des una palabra de ánimo y consuelo.
P–Tengo entendido que siempre tuviste una vocación solidaria y de ayuda a los demás. Incluso durante varios años fuiste monja.
R-Así es, siempre desde bien niña, me he preocupado de los demás y buscar formas de ayudarlos, Cuando era niña, ahorraba todo lo que me daban y después en el cole lo daba en las colectas para las misiones. Después siempre ayudando a los míos.
Y sí, fui monja durante seis maravillosos años de mi vida, una experiencia por la que me siento muy agradecida. La oración y la entrega a los demás, ayudando en todo lo que se podía, fue para mí un buen aprendizaje, el contacto con los enfermos, la acogida a las personas, El siempre estar dispuesto a escuchar, y a que la persona se sienta por unos momentos consolada, A llevar un poco de paz al que se acerca. A ser humano con la gente sobre todo en tiempos tan complicados. Todo fue una gran experiencia que hoy me sigue ayudando sobre todo, la oración.
P- La oración tiene especial importancia en tu trabajo.
R-La oración es el pilar y el centro del día de ahí saco las fuerzas para enfrentarme a la jornada, pero en mi trabajo es algo fundamental. Rezar por las necesidades de la gente, Poner en manos de Dios a quien mí se acerca, por los enfermos que tantas veces lo piden.
Es un servicio que se ofrece desde el corazón para ayudar y dar apoyo al que lo necesite. Siempre que viene un cliente yo lo pongo en manos de Dios y la Virgen para que él lo ayude, y le de fuerzas en su camino. Todos los días hago una oración por las personas que lo piden, y Los viernes suelo dedicar un rato especial para hacer un ritual de oración en concreto por los enfermos y sus necesidades. Para mí la oración y la fe lo es todo.
P-¿Que es un ritual de prosperidad?
R-Simplemente un ritual destinado a mejorar la suerte, en el dinero, el trabajo, los negocios, o en cualquier faceta de la vida que se pueda necesitar. Los hay de muchos tipos, pero normalmente lo que más piden es prosperidad en el trabajo y en el dinero.
P- Solena, algo que quieras añadir?
R-Si, decir que soy una persona muy normal, que no busco aprovecharme de nadie. Que los rituales de oración por los enfermos son gratuitos. Así como el rezar por las necesidades de la gente, considero que no se debe hacer negocio con estas cosas.
Y dejar claro que sí, vivo de echar las cartas y hacer rituales, es mi forma de vivir y entender la vida. Pero lo hago desde la honradez, de forma legal, y con el único deseo de que si puedo ayudar lo haré encantada.
Daros las gracias a vosotros, por la oportunidad de esta entrevista. Y desearos mucha suerte en todo lo que hagáis.
