Durante la primera guerra mundial había muchos espías esparcidos por toda Galicia. Es un tema que lleva investigando nuestro redactor Rafael Lema, y sobre el que hablará en la ciudad portuguesa de Oporto, en un congreso literario.
Cristóbal Mourín
El investigador Rafael Lema lleva años siguiendo el rastro de barcos hundidos en el eterno cementario atlántico. Y mientras alguna gente se sigue alimentando de tópicos históricos revisitados constantemente, el escritor porteño continúa con una interesante misión.
Rafael Lema y la guerra submarina en Galicia
Una de sus facetas favoritas es la Primera Guerra Mundial y las luchas submarinas en la Costa da Morte. De hecho hace años introdujo esta temática en la literatura juvenil con su novela “U49”(Tambre-Edelvives).
Este libro le ha servido para ser uno de los invitados en un congreso internacional de literatura que se celebra el 12 y 13 de diciembre en Oporto, el Encontro Luso-Galaico-Francés do Livro Infantil e Juvenil. Rafael Lema habla sobe la guerra submarina en Galicia, y estará acompañado por la profesora Isabel Mociño que realizó un trabajo sobre su libro “U49”.
Galicia, un nido de espías rondado por submarinos
En declaraciones a Adiante Galicia, Lema Mouzo señaló que la “Gran Guerra” tuvo mucha repercusión en Galicia:”Había muchos espías tanto de la rama alemana como de la inglesa que andaban por Galicia principalmente por toda la costa de A Coruña y Vigo”.
Rafael Lema recordó además que estas telarañas de espías “daban información a los submarinos y captaban datos de los convoyes que venían por nuestras costas”.
Una red de colaboradores que perduró
El investigador de Ponte do Porto destacó la transcendia que tuvo la actividad en nuestro país, tanta para esta como para la segunda guerra mundial:”Se creó una red de alianzas en tierra. Tanto autoridades como comerciantes ayudaban y abastecían a los submarinios en puertos como Camariñas Corcubión o Vilagarcía. Alemania, por ejemplo, aprovechó estas redes para la segunda guerra mundial”.
Los militares germanos “vieron como los submarinos eran medios efectivos para competir con barcos de superficie de armadas más potentes”. Sus acciones de espionaje y abastecimiento a submarinos en nuestras costas se ampliaron posteriormente con el mercdo del wolfram.
Como ejemplo a esta colaboración existente en la Costa da Morte, Rafael Lema citó el caso “del cura y del médico de Fisterra que en esos años atendían el sistema de señales que daban cobertura a los submarinos”.
