El Camino de Santiago sigue batiendo records y también lo hace la ruta posjacobea de Santiago de Compostela a Fisterra y Muxía. El largo verano propició también una campaña histórica para la hostelería de la zona. En cuanto a los peregrinos que se acercaron a Fisterra, lograron la fisterrana hasta hoy 23.500 personas, lo que supone un incremento de más de mil con respecto al mejor año, batiendo por lo tanto cifras históricas y eso que no estamos en año santo.
Nacen también nuevas propuestas de caminantes, por ejemplo abundan los italianos que llegan solo para hacer el Camino de Santiago de Compostela a Fisterra y Muxía. Llegan en pequeños grupos de siete u ocho, sobre todo mujeres, cubren la ruta andando desde la capital gallega a Fisterra, visitan el santuario de la Virxe da Barca y regresan también caminando a Compostela. Es una propuesta que gana adeptos en el norte de Italia desde que una peregrinación de un grupo internacional, el Círculo Mundial de Mujeres, la descubriera hace tes años, cuando programó en Muxía su acto anual de reunión, con una ceremonia en las piedras santas que rodean el santuario a cargo de la escritora y chamana de Varese, Devana. Son mujeres que buscan la espiritualidad del Camino y la magia de sus lugares, sobre todo los enclaves que identifican como santuarios precristianos de culto a divinidades femeninas ancestrales.
Esta semana un grupo de mujeres de Verona y Milán volvieron a seguir esta ruta singular, comandadas por María Daniela Trentini, una afamada senderista italiana de largos recorridos organizadora de muchas peregrinaciones por el Camino. Se detuvieron para el recogimento espiritual en cruceiros, fuentes santas; iglesias como las de Santa María das Areas, As Neves, Moraime, o el santuario de la Virxe da Barca rodeado por sus piedras famosas.
Una de las caminantes era la naturópata y escritora veronesa Carla Dragoni, autora del poemario «La curva dell´angelo». Dragoni ya es la tercera vez que se acerca andando a la Costa da Morte por el Camino de Santiago, y reconoce que de nuevo vivió «un haz de encuentros, con el cielo, los albergues, las iglesias, los prados, la energía de los lugares, y sobre todo con las personas». La poeta habla de muchos sentimientos en esta caminata, de «tantas personas de todas las edades, con tantos kilómetros en sus espaldas, todos con una luz especial en los ojos». Y mientras el grupo seguía ayer su ruta de vuelta desde San Martiño de Ozón haca Santiago, otros muchos camiantes se cruzaban en su ruta hacia los santuarios marianos de Muxía y Fisterra. Italianos y coreanos, sobre todo, dos de las nacionalidades que más han incrementado su presencia en estos años.
