En Ordes, Manuel comenzó la noche de juerga en una barra americana y acabó lanzando gritos de auxilio mientras estaba empotrado en el interior de un lavadero.
La historia de este vecino de Órdenes parece de tira cómica. Manuel de 60 años se dejó confundir por la noche, y venció la madrugada “cunhas rapazas contando contos” en un local de alterne de las afueras de la localidad.Entre copas y risas decidió ir con un amigo a otro conocido local, pero nunca llegó allí. Según confesó Manuel a los servicios informativos de la TVG, el coche lo dejó al lado de la carretera.
Manuel decidió caminar hacia su casa, pero estaba todavía lejos. La lluvia y el frío acentuaron su desorientación.Optó por refugiarse en las inmediaciones de una casa. Se sentó en un lavadero y al intentar moverse cayó dentro. Allí acabó encajado en el interior del lavadero,sin movilidad suficiente para poder salir o hacer uso del teléfono móvil. Pidió auxilio a base de gritos que fueron escuchados por un vecino, que pudo alertar a una pareja de agentes de la Policía Local que finalmente lo rescataron. Estaba en Castrelos, en la parroquia de Leira.
Como reconocieron las propias autoridades, Manuel se tomó con mucho humor la esperpéntica experiencia.Llamó a un taxi y se marchó para su domicilio. “Non sei como a miña cabeza non está escacharrada” comentaba posteriormente Manuel a la TVG, asegurando que no tenía ni un rasguño.Esta vez todo quedó en una curiosa e inolvidable anécdota.
